DISFUNCIÓN SEXUAL EN LA MUJER

Elaborado por: Psic. María Esther Chávez Díaz

 

 

Disfunción Sexual en la Mujer.

Desde el punto de vista psicológico  la mujer tiene una sexualidad mucho más compleja y su experiencia está más asociada con los mensajes sociales y culturales que recibe.

 

Las mujeres, a diferencia de los hombres, no nos atrevemos a vivir la masturbación con naturalidad y eso crea un gran desconocimiento de su propia sexualidad.

La mujer está acostumbrada a que sea el hombre quien descubra su propio placer “sin pasar por ella misma” y esto se debe a que muchas de ellas jamás han explorado su área genital, lo que genera un “ocultismo o un mayor tabú en la mujer que en el hombre”.

Sin embargo, las mujeres suelen ser las que buscan las soluciones o tratan de averiguar cuáles son las dificultades que pueden tener, salvo en aquellas situaciones en las que, por ejemplo, la falta de deseo sexual está relacionada con una insatisfacción de pareja y en estos casos es posible que la mujer prefiera no buscar ayuda.

 

Además, “la mujer puede hablar más de sus emociones y de su sexualidad, mientras que el hombre asume su papel de duro y de fuerte y le cuesta más reconocer sus problemas”.

Gran parte de las disfunciones femeninas tienen un origen fisiológico pero, para su correcto diagnóstico y tratamiento, es necesario descartar las causas médicas, psicológicas y sociales.

 

No se puede abordar la disfunción solo desde el enfoque médico o psicológico. En muchísimos casos necesariamente son complementarios”.

 

Tipos de disfunción sexual en las mujeres

Disfunción del deseo:

El trastorno del deseo es probablemente la disfunción femenina más frecuente y puede tener muchas causas fisiológicas, psíquicas o sociales.

Esta situación se puede presentar en momentos concretos de la vida como el embarazo, el parto, la lactancia y la menopausia, o durante periodos de crisis.

O bien en las intervenciones quirúrgicas, desarreglos hormonales y ciertas enfermedades como la diabetes, cardiopatías, esclerosis múltiple, enfermedad de parkinson y la depresión pueden derivar en la ausencia de deseo.

Otros factores que pueden afectar al deseo sexual son cambios en los métodos anticonceptivos, cansancio, estrés, cambios de humor, obesidad o una mala imagen del propio cuerpo, la relación con la pareja, episodios sexuales traumáticos en el pasado y el consumo excesivo de bebidas alcohólicas y drogas.

Excitación sexual:

La AESS sostiene que la excitación sexual en la mujer como la erección en el hombre son principalmente reacciones vasculares. “Un problema físico puede dificultar o impedir que esto ocurra, sobre todo si existe algún factor que interfiera con el flujo de sangre o las terminaciones nerviosas en la zona genital, especialmente en el clítoris y la vagina”.

Las causas fisiológicas pueden ser la diabetes, enfermedades coronarias o aterosclerosis (arterias obstruidas). Las lesiones espinales también pueden interferir con los mensajes que se envían desde los órganos genitales al cerebro.

La falta de interés por una poca o inadecuada estimulación por parte de la pareja también puede explicar esta circunstancia.

Los problemas de excitación son más comunes en la menopausia y se producen generalmente por una alteración hormonal.

“No solamente en las llamadas hormonas femeninas, como estrógenos y progesterona, sino que también en algunas mujeres hay una disminución de los niveles de testosterona en sangre”.

Dolor:

El dolor durante el coito (dispareunia) puede ser causado por enfermedades inflamatorias de la pelvis, cirugía ginecológica o pélvica, radioterapia para tumores ginecológicos, tumores uterinos o vaginales y fibroides, endiometrosis, infecciones del tracto urinario, quistes de ovario, síndrome del intestino irritable, falta de lubricación o alguna infección de transmisión sexual.

Las mujeres no suelen acudir a su médico para tratar este tipo de dolor superficial y esperan que se resuelva solo.

Por su parte, el vaginismo es la contracción involuntaria recurrente o persistente de los músculos perineales que rodean el exterior de la vagina. Esta condición se considera una respuesta condicionada y que puede estar relacionada con la anticipación de dolor en el coito.

El vaginismo generalmente se diagnostica en edades tempranas ya que es la dificultad para que la mujer pueda ser penetrada y estos síntomas aparecen desde el inicio de las primeras relaciones sexuales (conocido como vaginismo primario).

Orgasmo:

El orgasmo se puede clasificar de la siguiente forma: primarias (aquellos casos que nunca han tenido un orgasmo) o secundarias (han alcanzado el orgasmo anteriormente pero luego ha surgido la dificultad).

Esta disfunción puede tener origen psicológico, aunque también hay ciertas condiciones médicas relacionadas con el riego sanguíneo y las terminaciones nerviosas del clítoris.

Los problemas físicos que contribuyen a la disfunción sexual en las mujeres incluyen: desequilibrios hormonales, obstrucciones en los nervios, flujo de sangre insuficiente, espasmos musculares y tensión muscular.

Los aspectos psicológicos que contribuyen a la disfunción sexual en las mujeres son:

 Trauma sexual.

  Problemas derivados del estrés.

  Problemas de comunicación con la pareja sobre el sexo.

  Niveles conflictivos de deseo de una pareja.

  Problemas derivados de largos períodos de inactividad

  Problemas derivados de infidelidades. 

 

Otros factores importantes que hay que valorar son la relación de pareja, la comunicación y el nivel de satisfacción de la mujer. “A veces puede haber mucha ansiedad a la hora de tener relaciones sexuales o una gran desconfianza porque una mujer se puede sentir acomplejada con su cuerpo”.

Cuando la paciente desea ingresar a sesión psicológica,  primero se realiza una una evaluación completa de la historia personal, familiar y sexual de la persona para identificar todas las posibles causas. “No es lo mismo una mujer que tiene una falta de deseo porque tiene problemas de autoestima, a una mujer que ha sufrido un trauma, ha sido violada o ha tenido una relación sentimental traumática”.

En el caso de la falta de deseo, se recomienda identificar si en este se produce de forma ocasional, es decir en un momento puntual, o si tiene que ver con la práctica sexual, con el lugar, el momento y las posturas. Hay mujeres que creen tener una disfunción pero en realidad el problema está más relacionado con una insatisfacción respecto a la forma y los tiempos en los que se desarrolla el encuentro íntimo.

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