¿CÓMO CONTROLO LOS BERRINCHES DE MI HIJO?
Esos fastidiosos berrinches, es común que entre los 3 o 5 años se presente este tipo de conducta, en esta edad el niño no controla sus deseos y sus impulsos, son muy fuertes para él, ya que tienen poca experiencia en tolerar la frustraciones, su lenguaje y sus habilidades de expresión, esa edad todavía sus recursos son limitados, y es el momento indicado para que nosotros como padres le proporcionemos las herramientas.
Los berrinches son un comportamiento normal en el desarrollo. Son más frecuentes e intensas en algunos niños que en otros y empeoran con la presencia del cansancio, hambre o cualquier otro malestar.
Es vital intervenir y corregir a tiempo para que los berrinches no vayan en aumento o para que no vuelva a presentarse este tipo de conducta.
¿Cómo podemos prevenir o extinguir un berrinche?
Prevención
Si sabemos que es una situación que los frustra demasiado y los desborda, lo más inteligente es evitarla hasta que logren enfrentarla de otra manera. Es decir: no llevarlos al supermercado, que es un lugar donde no pueden tocar, comer ni tener todo lo que ven; no mostrarse exigente con ellos cuando tienen sueño o es la hora de comer, si es necesario salir con tu hijo, procura que haya dormido y comido bien antes de salir.
Otras veces alcanza con darles la posibilidad de elegir algo, como: ¿quiere bañarte antes o después de comer?
Como todavía son seres dependientes de la fuerza de algunos estímulos, es posible distraerlos y cambiar su foco de atención de lo que “no se puede” a lo que “si se puede”
Otra opción para prevenir un berrinche, antes de negarnos a algo o limitarlo, será mejor primero pensar si es realmente necesario la exigencia de nuestro hijo, porque hay asuntos que no tienen tanta prioridad como para provocar un episodio de estrés ¿quiere tomar una leche con chocolate?, ¿Por qué no?
Acción
El berrinche esta en todo su apogeo y no lo pudimos evitar, es importante que:
1. Primero mantengas la calma, puede ser frustrante o vergonzoso pero es momentáneo, ¡No es de mucha ayuda responder con un berrinche al berrinche de nuestro hijo!, nuestra reacción es un ejemplo para él de cómo responder ante un conflicto.
2. Siempre que sea posible es mejor ignorar un berrinche, si estamos seguros que el niño o la niña no corre peligro tratemos de continuar con lo que se estaba haciendo, como si no pasará nada. Si estamos en el súper podemos continuar caminando dejando atrás al niño o niña y ayudarte de un espejo, mirarle y cuidarle a través del espejo sin que se de cuenta.
3. Si de plano no es posible sostener esa actitud por que puede lastimarse o está en un lugar o situación inadecuado, lo cargaremos de manera firme, sin lastimarle y sin violencia, lo llevaremos a un lugar más apropiado para dejar que el berrinche se calme solo, por ejemplo: si estamos en el súper o un centro comercial, podemos alejarlo de la situación estresante o de donde está haciendo el berrinche, llevarlo al estacionamiento o adentro del coche, quedarnos con él hasta que el berrinche haya disminuido lo más posible.
4. Si a nuestro hijo le cuesta salir de su rabieta y no sabemos cómo ayudarlo, podemos hacerlo diciéndole: “Te voy ayudar a que salgas de esto”. También se le puede arrullar, cantar o abrazar para que se calme. Recuerda no perder la paciencia y hacer respiraciones profundas si sientes que la situación te sobrepasa, no dejemos de usar la razón.
5. Nunca vamos a acceder a darle o hacer lo que quiera, aunque sea posible o razonable. Tienen que aprender claramente que un berrinche más que acercarlo a lo que desea, lo aleja, enseñarle que un berrinche no es el método para solucionar las cosas.
6. Una vez que el berrinche paso, podemos manifestarle la alegría que sentimos de que haya recuperado el control, enseñarle cual o cuales habrían sido la mejor manera de actuar o de expresar lo que sentía, darle un abanico de posibilidades para que piense en las consecuencias de una buena acción o una mala acción, vamos a estimular con el uso de palabras, estimularle con una felicitación o “Qué bien pudiste controlarlo” .
POR: PSIC. KATIA CORONA DE LA BORBOLLA
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