¿Cuál es el papel del psicólogo en la prevención de enfermedades físicas, emocionales y cognitivas?

 ¿Cuál es el papel del psicólogo en la prevención de enfermedades físicas, emocionales y cognitivas?

 

 

  • ¿Cuáles son sus funciones principales?
  • ¿Qué funciones no le competen y se empalman con las de otros
  • profesionales de la salud?
  • ¿Qué características personales y profesionales debe tener el psicólogo preventivo?

Al hablar de el papel del Psicólogo en la prevención de la enfermedad es importante destacar que la psicología clínica y de la salud tiene sus antecedentes históricos los cuales muestran sus inicios en el año 1879 con la fundación del primer laboratorio de psicología por Wundt.

Es importante resalta que la definición dada en 1946 por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del término salud como: “un estado de completo bienestar físico, mental y social”, aclara que “salud” no es sólo la ausencia de enfermedad como hasta ese momento se había venido considerando. Esto deja el campo abierto a la psicología en todos los ámbitos concernientes a la salud, pues hace hincapié en la salud mental y física, así como en la importancia de la calidad de las relaciones interpersonales. Todo ello también conlleva la promoción del campo biomédico, potenciando la prevención de trastornos y enfermedades, dejando el tratamiento siempre como última alternativa y promocionando los hábitos de vida saludables (Oblitas, 2003).

Por tal motivo podemos comprender que la función del psicólogo aplica también a cuestiones sociales, y educativas, ya que no toda la población tiene los recursos económicos y educativos de acceso a programas de prevención y salud, por lo cual el psicólogo funge un papel de suma importancia, ya que puede evaluar factores asociados a las características de una población para así poder generar un programa de prevención, mas especifico lo cual implica un mejor resultado.

De acuerdo de las funciones que un psicólogo clínico y de la salud puede cumplir, el Colegio Oficial de Psicólogos (1998),la numero 5 está enfocada en la prevención la cual nos indica lo siguiente:

5. Promoción de la salud/prevención de la enfermedad

En esta función la actuación del psicólogo es eminentemente comunitaria. En concreto, la dedicación se centra en el análisis de las problemáticas que llevan a generar “riesgos” para la salud, la difusión de estudios referidos a la problemática, así como la realización de recomendaciones que lleven a la prevención de una enfermedad concreta. A todo esto, habría que añadir esfuerzos por incrementar los conocimientos de la población comunitaria en riesgo, fomentando los hábitos saludables para una enfermedad concreta, promoviendo la accesibilidad a instrumentos preventivos y dando a conocer los recursos materiales y humanos disponibles, haciéndolos extensivos a toda la sociedad.

Otro de los puntos que considero importante dentro de las funciones de la psicología preventiva es la enseñanza y psicoeducación, tanto para el personal hospitalario como para las poblaciones.

Al igual que la investigación, la transmisión de conocimiento es esencial para los profesionales que conforman las profesiones sanitarias. En concreto las áreas de intervención de un psicólogo clínico y de la salud son las de enseñanza directa (masters, monográficos, universidad, etc.), supervisión de prácticas o residencias, o bien la elaboración de material docente (manuales, publicaciones en general). Colegio Oficial de Psicólogos (1998).

Muchas de las problemáticas en la prevención están enfocados a la educación, costumbre y tradiciones de una comunidad, en la que la reeducación juega un papel importante enfocándola de una manera estratégica y sencilla acorde a las necesidades de esta.

De acuerdo con la revisión realizada por Fernández, Amigo, Pérez y Fernández (2003), la Psicología de la Salud en la aplicación preventiva es:

Prevención de las enfermedades. Esta tarea pasaría por la modificación de hábitos no saludables asociados a múltiples patologías, bien crónicas o agudas (por ejemplo, el tabaquismo). En este aspecto, se hace aún más evidente la estrecha relación entre los ámbitos de la promoción y de la prevención. Sin embargo, existen otros muchos comportamientos de riesgo cuya eliminación es la única y más eficaz forma de evitar muchas enfermedades graves. Por ejemplo, el uso del cinturón de seguridad y el fomento de una conducción prudente es una forma de reducir el alto número de patologías medulares. Otro ejemplo sería el del uso del preservativo, que no sólo puede servir para detener epidemias como el sida o las enfermedades de transmisión sexual, sino que también puede contribuir a disminuir otras enfermedades menos conocidas como el cáncer de útero.

Ciertamente el Psicólogo preventivo es de suma importancia no existe un área en la cual no pueda estar involucrado sin embargo el trabajo debe generarse desde la formación  del equipo interdisciplinario  o  multidisciplinario adecuado, acorde a las necesidades del programa, enfermedad, paciente o comunidad, realizando lo que a cada uno le corresponde respetando la funciones a desempeñar así como también comunicando de manera constante para así poder tener un mejor manejo del paciente y por lo tanto mejores resultados. Así mismo el psicólogo puede brindar herramientas y recursos a otros profesionales de la salud para un intervención más empática y eficaz.

El psicólogo clínico precisa contar, por tanto, de forma integrada, con una visión clínica, una visión social y una visión institucional aplicadas tanto al paciente, como a la familia y equipos institucionales. Esta visión tridimensional irrenunciable es la que va a permitir la realización de tareas globales de prevención, diagnóstico e intervención psicológica (Zas, 2011).

 

Para la realización de sus funciones, el psicólogo debe (Zas, 2011):

·         Desarrollar habilidades especiales de comunicación y tener entrenamiento en comunicación en situaciones especiales.

·         Conocer los principios y códigos éticos que regulan la práctica profesional propia y del resto de disciplinas con quienes interactúa.

·         Saber planificar una intervención en relación con la demanda recibida, realizando una evaluación, una formulación de la situación y una selección de las estrategias que mejor se ajusten al problema y al resto de las características de la tarea.

·         Conocer los límites de su intervención, en qué momento finalizar y cuándo colaborar con profesionales de otros servicios y especialidades que complementen la intervención aplicada.

·         Realizar supervisión, dado que la interacción con pacientes y profesionales pone permanente en juego nuestra propia subjetividad, condicionando nuestra forma de pensar y sentir.

·         Evaluar los resultados de sus intervenciones de modo que pueda hacer cambios durante el desarrollo de estas, así como conocer sus propias actitudes, prejuicios, limitaciones de conocimientos o habilidades.

·         Desarrollar habilidades de gestión y negociación, al ocurrir la intervención psicológica en un contexto organizacional.

Así mismo, es de suma importancia el mantener un proceso psicoterapéutico para así atender la situaciones personales y emocionales que puedan poner en riesgo nuestro ejercicio laboral, fomentar conductas de autocuidado, comenzando por respetar tiempos para cubrir nuestras necesidades básicas (comer/dormir/descansar/tiempos de recreación etc.)

 

 

Por: Mtra. Margarita Vargas Hernández

 Especialista en Psicoterapia

 

 

Referencias

Fuentetaja, A. M. L. y Villaverde, O. I. (2019). Intervención psicológica en el ámbito hospitalario.  Clínica Contemporánea, 10, e1, 1 - 19.

https://doi.org/10.5093/cc2019a2

García-López, Luis Joaquín; Piqueras, José Antonio; Rivero, Raúl; Ramos, Victoriano; Oblitas Guadalupe, Luis   (2008), PANORAMA DE LA PSICOLOGÍA CLÍNICA Y DE LA SALUD. CES Psicología, vol. 1, núm. 1, pp. 70-93

https://www.redalyc.org/pdf/4235/423539527008.pdf

Piña López, Julio Alfonso (2010) EL ROL DEL PSICÓLOGO EN EL ÁMBITO DE LA SALUD: DE LAS FUNCIONES A LAS COMPETENCIAS PROFESIONALES. Enseñanza e Investigación en Psicología, vol. 15, núm. 2,pp. 233-255

https://www.redalyc.org/pdf/292/29215980001.pdf

 

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