Cuando duele el corazón

Cuando duele el corazón

 

 

 

Este título que tiene este blog se escucha trillado pero la parte científica y medica nos dice que el corazón no duele, sólo es un músculo que está activo trabajando para que llegue el bombeo de sangre a todo el cuerpo.

 

Pero cuando usamos estas frases ya sea metáforas o frases catastróficas, es porque salen de algo que nos acontece.

 

Y justo esta semana inicio sintiéndome así, ya que se han cerrado ciclos como por ejemplo de un amigo muy querido padre de una iglesia que durante muchos años sentí su apoyo espiritual, así como de colegas que se van porque tienen que avanzar en su camino, pero te das cuenta de que por otras circunstancias a veces la gente, tu vida, tu trabajo y tu pareja quizá tampoco valoran lo que tu das.

 

Cuando duele el corazón es por esos apegos que tenemos a ciertas persona o cosas pues generan en nosotros una emoción que nos duele a la altura del pecho justo con ganas de llorar ya que necesitamos liberar la energía que se quedó ahí como en retroflexión y que si no la sacamos nos sentiremos mal.

 

Uno piensa que duele el corazón por las expectativas que ponemos en esas personas, acciones o cuando abres camino a más personas con toda la intención de que crezcan y no son agradecidas.

 

Duele el corazón de saber que no nos aman o corresponden como nosotros queremos, duele el corazón de saber que solo nos utilizaron, duele el corazón de saber que damos y no recibimos de la misma forma.

 

Pero lo importante es seguir adelante y pensar que son ciclos que se cierran, que son buenos pues todos tenemos que evolucionar y que no todas las personas pueden tener los mismos recursos emocionales para actuar de la misma manera que uno puede llegar a actuar.

 

Simplemente somos instrumentos de vida para aprender los unos de los otros y hay que ser agradecidos.

 

Lindo fin de semana y reflexionemos en el corazón no duele, pero se siente como si doliera, pues se lastima la parte del sentir por las expectativas que ponemos en todo.

 

 

Por. Dra. Viridiana Romero Manzo

Especialista en psicoterapia

 

Escribir comentario

Comentarios: 0